por Miguel Alcázar (en “Obra completa para guitarra de Manuel M. Ponce”, México: Conaculta, 2000, 166–69)
El manuscrito final de esta obra lleva la anotación: París, Diciembre de 1930. También existe un manuscrito anterior del primer movimiento, casi diez compases del segundo y el tercero, en la libreta verde que contiene los preludios. Todo este material se encuentra desde el anverso del folio 24 hasta el anverso del folio 28, resultando menos elaborado que la versión final, que es el manuscrito publicado aquí. La Sonatina fue escrita en un estilo español, debido a una petición expresa de Segovia, pero con un color impresionista que nos recuerda las incursiones en lo español de un Debussy o un Ravel, dando un paso más allá en el último tiempo con un pequeño pasaje bitonal. La petición de Segovia data del 31 de agosto de 1930:
Pero mientras el Concierto avanza, mientras llega a la edad viril, ¿por qué no escribes una Sonatina ‑no Sonata- de carácter netamente español? Si quisieras ponte a ello, se la ofrecería enseguida a Schott, para que la incluyese en la serie de mediana dificultad. ¿Por qué no lo haces? Tengo unos deseos enormes de que la escribas… Estoy seguro de que harías algo tan gracioso como la de Torroba, y de mucho más enjundia musical. Decídete. Ahí tienes temas, aunque en realidad, ni siquiera los necesitas.
En las tres cartas siguientes le sigue recordando que trabaje en la Sonatina y en otra carta, de febrero de 1931, le dice que prefiere tocar las variaciones en un recital en la Ópera de París, en lugar de ella. Luego, a mediados de ese año, le dice que intente otra solución para reemplazar un fragmento de la Sonatina, y a finales de octubre le recuerda no olvidarse de revisarla. Tres meses después, en una carta del 11 de enero de 1932, le dice:
Estoy dejando para lo último una cosa que quiero decirte desde el principio, y que me fue sugerida por Gaspar Cassadó, al escuchar el Andante de tu sonatina. La progresión que empieza en el compás número 9 y que termina en el número 13 ‑ambos inclusive- ¿no crees que sería mejor sustituirla por otra más dentro del carácter del Andante y en general de toda la obra? Musicalmente me gusta mucho y tal vez por eso no había yo observado, antes de que lo hiciera Cassadó, que en efecto se despega un poco de lo que la precede y la sigue ‑que es tan bello-. Y puesto que la Sonatina ha sufrido ya varias modificaciones que la han mejorado, ¿por qué no intentar esta última que la completará? Estoy deseando que la oigas para que te entusiasmes. Ni siquiera en Albéniz hay nada que tenga el brío, la pujanza del Allegro, ni la poesía del Andante tan admirablemente ligada al sonido poético de la Guitarra. Con las Variaciones de las Follias, es la obra que más me gusta. Aquella en grande, esta en pequeña.
Según parece, Ponce realizó estos cambios, que Segovia comenta en su siguiente carta del 25 de enero, escrita en Ginebra:
¡¡Si vieras qué espléndidamente ha quedado la Sonatina!! A propósito: prefiero desechar el cambio que me has mandado, y conservo lo escrito originalmente. Es mejor. He probado el Andante y el Allego en el concierto de aquí, y no ha habido músico presente en la sala que después no me haya hablado con entusiasmo.
Finalmente, en una carta escrita en Málaga en mayo del mismo año, le informa que a fines de ese mismo mes estrenará la Sonatina en París en la Salle Gaveau. Y también le comenta que esta obra «ha hecho las delicias de los pocos músicos sin hiel que hay en España».
Segovia realizó su publicación con Schott en 1939, bajo el título de Sonatina meridional, pero añadiéndole también un subtítulo programático a cada uno de los movimientos. Así, el primer tiempo se convirtió en Campo, el segundo en Copla, y el tercero en Fiesta; y el Allegro non troppo del primer movimiento se volvió Allegretto, y el Vivace del último tiempo terminó en Allegro con brio. Segovia grabó en Londres, en junio de 1949, la obra completa para HMV.