Johann Sebastian Bach es uno de los compositores más populares entre los guitarristas. Las obras que tienen una relación más directa con nuestro instrumento son posiblemente las que escribió para laúd, pero también se suelen tocar otras obras para instrumentos solistas, como las suites para cello y las partitas para violín.
por Hernán Mouro
Junio, 2000
Las obras para laúd
Bach nos dejó siete obras para laúd solista, compuestas frugalmente durante toda su vida. La atribución al laúd no es muy clara para la mayor parte de ellas, porque Bach no lo escribió explícitamente en los manuscritos y porque algunas de las obras no son enteramente tocables en el laúd sin modificar algunas notas. Estas obras comenzaron a ser popularizadas por guitarristas como Francisco Tárrega y Andrés Segovia, que buscaban desesperadamente música de calidad para su instrumento y comenzaron una tendencia a la transcripción de obras para laúd a la guitarra. En la actualidad, esta música es ampliamente ejecutada por guitarristas, a partir de innumerables ediciones y también por laudistas on instrumentos auténticos.
El laúd barroco
Bach aparentemente escribió toda esta música para el laúd barroco. El laúd renacentista había sufrido dos modificaciones principales durante el período barroco: la afinación básica cambió y se le agregaron cuerdas.
Desde los primeros años del siglo XVII la afinación del laúd se fue modificando la afinación del laúd, lo que influenció a su música profundamente. El término accordes avalées, que fue usado primero para la guitarra, fue aplicado al laúd para indicar que debía bajarse la altura de algunas cuerdas. Esto llevó a una modificación de la afinación renacentista y a un período de desintegración en que cada compositor utilizó su propio sistema. La afinación inestable del laúd de esos años comenzó a favorecer las terceras en lugar de las cuartas. Más tarde, en las publicaciones de Pierre Ballard y Pierre Gaultier de 1638, la afinación denominada ‘en re menor’ (Fa4, Re4, La3, Fa3, Re3, La2) fue una entre otras, pero después de la década de 1650 se transformó en la más común por lejos. La nueva afinación normal del laúd tenía seis órdenes con trastes (es decir, que se pisaban con los dedos de la mano izquierda) y cinco bourdons, lo que hacía un total de once órdenes. Los bordones debían afinarse de acuerdo a la tonalidad de la pieza, ya que no eran pisados con los dedos de la mano izquierda y los pares de cuerdas se afinaban en octavas.
Para comienzos del siglo XVIII, él rango de las cuerdas graves fue aumentado a una octava diatónica completa (La1 a La2) en el laúd de 13 órdenes, introducido (posiblemente por iniciativa de Weiss) hacia 1719. Algunos laúdes que sobreviven de luthiers alemanes, incluyendo al amigo de Bach residente en Leipzig, Johann Christian Hoffmann (1683‑1750), tienen un orden 14avo que extiende los bajos a G1. A pesar de la adición de dos o tres bordones, el laúd alemán era, en esencia, el mismo laúd utilizado por los franceses durante la segunda mitad del siglo XVII.
El clave-laúd
El clave-laúd (lute-harpsichord, Lautenklavier, Lauten Werck, Lautenclavecin, Lautencembalo, Lauten‑Clavicymbel) era un clave que imitaba al sonido del laúd a través del uso de cuerdas de tripa. De acuerdo al inventorio hecho luego de su muerte, Bach poseía dos claves de este tipo, pero ningún instrumento original sobrevive. Se conocen menos de diez fabricantes de claves-laúdes, tres de los cuáles fueron Johann Christoph Fleischer, Johann Nicolaus Bach y Zacharias Hildebrandt.
La similaridad entre el sonido del clave-laúd y la del laúd, puede haber sido causada no sólo por el uso de cuerdas de tripa, aparentemente, sino también por la ausencia de apagadores y tal vez también por la inclusión de pedales cuya función era análoga a la de los bordones de los laúdes barrocos.
Fleischer hacía dos tipos de claves-laúdes: uno tenía dos juegos de cuerdas de tripa de 8 pies con un rango de aproximadamente tres octavas. Las dos octavas inferiores podían acoplarse a un juego de 4 pies, para imitar los bordones octavados. Este instrumento además tenía una cámara de resonancia ovalada similar a la del laúd. El otro clave-laúd era llamado “Theorbenflügel” por Fleischer (clave-tiorba), y era más grande que el otro, con juegos de 16 pies y pares de cuerdas afinados en octavas en la octava y media inferior y en unísono en el rango superior. También tenía un juego de 4 pies de cuerdas de metal para un sonido ‘delicado y como de campana’. El instrumento tenía la forma de un clave-laúd normal.
Había otras variantes en los instrumentos hechos por otros constructores, en la búsqueda de un instrumento capaz de variantes tímbricas mayores y una más amplia sensibilidad, y no sólo simplemente para imitar el sonido del laúd.
El laúd en Alemania y sus antecedentes
Hacia fines del siglo XVII el laúd ya estaba fuera de moda en París y se había hecho más popular entre los aristócratas musicales alemanes. Para muchos de ellos un laudista (en sus funciones de ejecutante y profesor) era un adorno doméstico esencial. El período de empleo den la corte de Dresden de Silvius Leopoldus Weiss (1686–1750) coincidió estrechamente con los años de Bach en Cöthen y Leipzig. Otros laudistas de la tradición germana fueron AdamFalckenhagen (1697–1761), y Ernst Gottlieb Baron. Durante algunas décadas luego de la muerte de Weiss el laúd siguió siendo popular en Sajonia y Prusia, y un repertorio substancias de alrededor de cerca de 500 obras estaba disponible a través de los catálogos de Breitkopf entre 1760 y 1780, pero pronto sufrió una rápida y terminal declinación de cara a la competición que implicaba el nuevo y perfeccionado pianoforte, que se percibía como un instrumento más fácil y con un rango aún mayor de posibilidades expresivas.
Bach también conocía a algunos laudistas locales, entre ellos su alumno (que también tocaba el órgano) y and J. C. Weyrauch, que es responsable de dos de las tres copias de estas obras en tablatura. Weiss y Kropffgans visitaron y tocaron en la casa de Bach en 1739, lo que pudo haber influenciado sus obras tardías para laúd.
La música para laúd generalmente se escribia en tablatura pero Bach escribió su música para laúd en notación convencional.
Hay dos características musicales del laúd que fueron alabadas por los comentaristas de todos los períodos: la belleza de su sonido y su habilidad para tocar de manera expresiva, especialmente sus posibilidades de crear claroscuros dinámicos. La música barroca para laúd tiene ciertas características idiosincráticas: una tesitura generalmente grave, que raramente es más aguda de un E5, una línea de bajo que ocasionalmente contiene desplazamientos de octava por la dificultad técnica de tocar alteraciones en un instrumento con bordones afinados diatónicamente y el persistente uso de acordes quebrados.
Además de las obras para laúd solista, Bach especificó al laúd en tres obras de la década de 1720: la Pasión según San Juan (no. 31), las versiones tempranas de la Pasión según San Mateo, BWV244b (nos. 56 and 57), y la Trauer Ode (que requiere de dos laúdes).
No se sabe exactamente qué instrumentos tenía en mente Bach al momento de componer estas obras. Es muy posible que haya sido el laúd, pero considerando al teclado como alternativa. Sólo una de las obras fue prescrita sin ambigüedades para el laúd por su propia mano (BWV 995). Tres de las piezas son arreglos: BWV 995, 1000 y 1006a; las otras dos, BWV 997 y 998, son obras nuevas sustanciales.
Bibliography
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Schulenberg, David. The Keyboard Music of J. S. Bach. London: Victor Gollancz Ltd., 1993, pp. 41–42, 311–315
Wachsmann, Klaus, James W. McKinnon, Ian Harwood, and Diana Poulton. “Lute.” Stanley Sadie, ed., New Grove Dictionary of Music and Musicians. London: Macmillan, 1980.