Herrera. 2006. «Dowloand, John». Enciclopedia de la guitarra. p. 715.
DOWLAND John
n. 1562 en Dalkey, Irlanda – m. 1626 en Londres
Uno de los creadores del «madrigal» inglés y a su vez el más importante tañedor de laúd de su tiempo. Con su legendario laúd de ocho cuerdas (a veces de nueve, con la tercera afinada en «fa sostenido»), recorrió en triunfo diversos países, obteniendo en estos un mayor reconocimiento que en el suyo propio. Estando al servicio de la embajada inglesa en París, durante su primera estancia en aquella capital (1580–84), solicitó y le fue denegado el traslado a la corte, probablemente a causa de sus creencias religiosas, ya que era católico. En 1588 recibe el diploma de «Bachelor of Music» en la Universidad de Oxford, mostrando en años sucesivos sus habilidades de músico ejecutante en las cortes de Francia, Alemania e Italia, país éste en el que se beneficia con el consejo de Luca Marenzio. Su notoriedad como músico se extiende por toda Europa, por lo que Christian IV de Dinamarca se apresura a acogerlo en su corte en los años 1598–1609, que en parte coincidirán con los de sus aportaciones más significativas. Finalmente, establecido ya en Londres como músico de aquella corte, a partir de 1612, comenzará a vivir sus días más tristes, de incapacidad, sin conseguir imponerse ante la adversidad. La grandeza de Dowland se apoya principalmente en los cuatro libros que diera a la estampa en 1597, 1600, 1603 y 1613, con más de un centenar de composiciones de singular belleza: tres de canciones o «ayres», como se les llama, con sobresaliente intervención del laúd, y otro para laúd y viola. Aunque algunos de estos «ayres» poseen inspiración ligera, sin dejar por ello de considerarse auténticas joyas musicales, destacan los que alguien calificó de «elegíacos», por el patetismo y conmovedora intensidad que encierran. Páginas a voces de acusada audacia en las reglas, con igual fuerza y emotividad se manifiesta en sus numerosas «danzas» y «fantasías», entre las que puede citarse a la cromática «Forlorne Hope» como muestra característica. También publicó Dowland en 1604 la obra titulada «Lachrymae», integrada por veintiuna piezas para quinteto de violas y laúd obligado, que bien merece calificarse de cima de la producción musical de cámara en la era isabelina. Autor eminente de constante actualidad sobre todo en versiones guitarrísticas, su popularidad se ha ido acrecentando con el transcurso del tiempo.